De golpe es ahogarse en el vino de las
noches, en la sangre de la luna que es roja como la sangre de tu corazón y la
del mío y la de Dios, que con perdón de la tragedia, pero es la muerte, no
murió, Dios es la muerte, nuestradensidadestácambiando el mundo. De golpe es
ahogarse en ese vino y cerca de las cuatro mirar el celular, abrir el wasap,
fijarme a qué hora fue la última vez que lo abriste como si fuese un dato grandioso saber la hora exacta en que tus ojos se detuvieron a leer la pantalla entonces saber un poco más
de lo que está pasando ahora en donde vos estás, tan lejos. Después sentarme y
decirme a mí misma está bien es como una proeza de la vida tener un amor a la
distancia, todos deberíamos tener al menos una vez en la vida un amor a la
distancia, no alcanzar, amar desde el vacío o el silencio, que es la muerte,
que es Dios y es también la sangre. Y en
los encuentros en pueblos o montañas perdidas en medio del mundo los abrazos
serían verdaderos, quizá sólo haríamos el amor fumaríamos porro leeríamos libros correríamos a toda velocidad sin ningún motivo en particular, como la muerte,
como la sangre de Dios… y dormiríamos con las caras apoyadas en una almohada de
muslos o colas o cuellos.