silencio es líquido suave acá en la playa que hoy era turquesa pero con la luna el mar se puso negro y ahora que sé: la muerte siempre se presenta en forma de escalofrío y estaría a la distancia de un brazo hacia mi izquierda: tuerzo abruptamente la cabeza en esa dirección y trato de encontrar su sombra entre la oscuridad. La arena parece volar o son cangrejitos blancos como partículas de la espuma que se forma y se deshace y yo qué soy acá? qué hago acá en medio de este flash? qué hago yo misma en esta playa que era turquesa pero ahora todo es negro salvo la luna que asoma con un borde de diamante mientras me paro como una mantis y me balanceo de un lado al otro, miro el cielo y con las manos como garras trato de traer algo de allá hacia acá. no sé bien qué, pero hago fuerza con las garritas, me balanceo con los pies anclados en la arena y muevo con fuerza las manos de arriba hacia abajo como trayendo algo y de golpe me veo: a mí desde el cielo y estoy emanando una cosa azul y brillante.
(me gustaría la luna de tu boca. todos los perros aullando)
seguramente me estaba yendo pero algo pasó. un pelícano voló sobre mi cabeza despeinándome, graznó y yo dije augurio: entonces vuelvo y lo persigo. él está atento pero tengo la sensación de que no teme. se frena en la orilla, sólo veo su figura blanca que se confunde un poco con la espuma: ahora el conjunto celular es la luna con la espuma con el pelícano y los cangrejitos que son todo uno, todo un blanco brillando y vibrando. pienso repentinamente que si alguna de estas cosas faltase, por ejemplo, si un cangrejito o una burbujita de espuma desaparecieran, habría en su lugar un agujero sin color lleno de nada que se chuparía el mundo entero y todo se concluiría a sí mismo. todo está donde tiene que estar, celeste. vos estás donde tenés que estár, celeste? yo que acá no curto la movida salvaje pero lo intento por eso retomo mi posición de mantis, abro las piernas, anclo los pies, alzo las garritas, empiezo a balancearme como se balancea el silencio que acá es líquido suave y de a poco me siento recibida en esta célula tropical: ahora somos el pelícano, el augurio, los cangrejitos, la espuma, el silencio y el fino diamante de la luna.